El vidrio es un material conocido por lo humanidad desde
hace muchos siglos. Se obtiene de la fusión a altas temperaturas de la arena de
sílice, otorgándole cualidades de como la transparencia, la durabilidad y la
estética El más habitual es el vidrio recocido que una vez extraído del horno,
cuece de nuevo para aumentar su resistencia y durabilidad.
Los vidrios forman parte de la estructura de la ventana y es
un material a tener muy en cuenta, ya que junto con los perfiles, nos darán el
valor final en cuanto a aislamiento térmico, acústico y de seguridad.
Es todo un conjunto que debe tener una correlación adecuada entre sus
materiales. De nada sirve seleccionar un vidrio de seguridad para una ventana
que posee unos herrajes de poca resistencia, o escoger un vidrio con
tratamiento térmico, si después la ventana no tiene un sistema de estanqueidad,
y a través de las holguras de las ventanas.
Las ventanas actuales, casi todas están provistas de un
doble acristalamiento, a veces, incluso triple. Los cristales se encuentran separados por una
cámara de aire deshidratado o de gas,
que incrementan las propiedades de aislamiento térmico y acústico de la
ventana. Como norma general, a mayor grosor de los cristales y a mayor separación entre ellos, mejor aislamiento y por lo tanto,
mejor eficacia en el ahorro de energía.
Tipos de cristales:
Es el más empleado en las viviendas, puesto que permite la
entrada de luz natural y la visibilidad del exterior. Se pueden instalar en
forma de panel único o en panel doble, aunque aquellas ventanas de panel único
proporcionan un deficiente aislamiento térmico y acústico.
Los tonos empleados dentro de su transparencia se pueden
ahumar o tintar en base a nuestros gustos o preferencias.
Son cristales que dejan pasar la luz natural, pero no
permiten la visión a través de el. Por regla general son blanquecidos, pero hoy
en día existe en el mercado más variedad de colores. A través de un tratamiento con ácido podemos
obtener diversos matices del cristal, proporcionándole un excelente acabado de
tacto sedoso en su superficie, que
facilita su limpieza y mantenimiento, al mismo tiempo que evita la impresión de
huellas dactilares.
De ésta forma, se crean
espacios ligeros, luminosos y decorativos,
que ofrecen diferentes niveles de transparencia a los que añadirles una
extensa gama de dibujos u ornamentos artísticos a través de procesos de serigrafía
, grabados, plateados…
Es muy utilizado en barandillas, suelos de vidrio, mobiliario,
mamparas, cerramientos y en aquellos espacios en los que queremos preservar la
intimidad, sin escatimar en luz natural,
baños, cocinas, puertas, patios de luces…
Tal y como su nombre nos indica se trata de un cristal cuya apariencia
se asemeja a la de un espejo, aunque éste
efecto solo se aprecia desde la parte exterior del cristal Este tipo de
cristal mantiene un alto nivel de privacidad e intimidad, ya que permite plena
visibilidad del interior al exterior, pero no a la inversa. Es muy utilizado en bloques de oficinas, hoteles y viviendas de cuidada decoración
arquitectónica.
Los cristales de seguridad en las ventanas, vienen a sustituir a las antiguas ventanas con
rejas, convirtiéndose a día de hoy, en una extensión de la propia fachada del edificio, sin
escatimar en las comodidades y prestaciones que nos ofrece una ventana convencional
en cuanto a iluminación, ventilación y visibilidad.
Es la ventana perfecta, porque no solo ofrece los beneficios
de aislamiento acústico y térmico, sino que además incorpora un nivel de
seguridad muy elevado.
Podemos escoger entre tres niveles de seguridad:
- Nivel de seguridad A: Especialmente diseñada para la
seguridad de hogares, oficinas, casas de
fin de semana y veraneo.
- Nivel de seguridad B: Su diseño está pensado para hogares de personas con alto riesgo de
seguridad, centros informáticos, centrales energéticas, cárceles, comisarías,
centros de rehabilitación, clínicas, galerías de arte, museos, joyerías, bancos
y cualquier otro tipo de edificio , vivienda o local, que por sus
características requiera de una seguridad superior a lo normal.
- Nivel de seguridad C: Diseñado para cumplir con requerimientos
especiales de protección. Un cristal de seguridad a prueba de balas.
- Cristales de reducción acústica:
Es cristal altamente indicado para aquellas viviendas cuyo
entorno tiene un nivel acústico especialmente ruidoso. Cuanto más grueso sea el
cristal, mejor resulta el aislamiento acústico, siempre que tengamos en cuenta
que los perfiles de las ventanas también deben ser los adecuados para ofrecer
una buena reducción acústica. Para asegurar un buen aislamiento acústico
debemos disponer en al menos un cristal de un espesor de 6mm. Si nuestra
necesidad de aislamiento es alta, los cristales laminados son la mejor opción
que podemos encontrar en el mercado.
- Cristales de aislamiento térmico:
Un buen aislamiento térmico es esencial para una buena
climatización de la vivienda, lo que se traduce en un ahorro de hasta el 70% en
el gasto energético de calefacción y aire acondicionado, además de la reducción
de emisiones de CO2 tan perjudiciales para el medio ambiente.
Un doble acristalamiento, se forma a partir de dos vidrios
revestidos por una fina capa transparente con base de plata, que consigue
retener el calor dentro de la vivienda durante el invierno e impide que el
calor entre en ella durante el verano.
Al espacio entre los dos vidrios se le llama cámara, y se
puede rellenar de aire deshidratado o de gas. La efectividad del aislamiento
térmico va directamente relacionado con el ancho de la cámara.
Mediante una aplicación de óxidos metálicos sobre la
superficie del vidrio a la salida del horno se obtienen los cristales
reflectantes, que se caracterizan por reflectar la luz solar, impidiendo la
absorción del calor por radiación térmica. Vienen en una variedad de colores
metálicos como plata, oro y bronce. Se utilizan generalmente en lugares donde
el clima es especialmente cálido y por lo tanto la ganancia de calor solar es
alta.
Se trata de un cristal tintado que refleja la luz solar.
Podemos observar su uso principalmente en vehículos, oficina y viviendas que
necesitan reducir la radiación térmica que entra por la ventana.
Cristales de baja emisión o Baja-E
También se utiliza para reflectar la luz solar y reducir la
radiación térmica que entra por la ventana, pero a diferencia del cristal
reflectante o del cristal polarizado, no disminuye la cantidad de luz que pasa
a través del cristal ni la nitidez en la visibilidad. Es una opción interesante
en zonas de climas cálidos ya que rechazan hasta un 70% el calor solar.
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